Necker Island es una espectacular isla de las Islas Vírgenes Británicas con una peculiaridad, que pertenece a una persona y no a un país como suele ser normal. En este caso estamos hablando de Richard Branson el CEO de Virgin que decidió comprarla en 1978 y convertirla en un exclusivo sitio de retiro para ir de vez en cuando con sus amigos. La isla tiene más de 300,000 metros cuadrados de extensión y está cuidada como si de un resort de puro lujo se tratase, más de 50 empleados trabajan en ella para que no falte de nada a ningún de los 28 huéspedes que puede alojar en su casa.
Como podréis imaginar a la isla no le falta detalle, preciosas playas de arena blanca la rodean, una vegetación salvaje rodea todo y unas increíbles casas esparcidas por la isla para albergar a sus invitados. Una excentricidad para una persona normal, pero no para alguien cuyo patrimonio está valorado en más de 4.6 billones de dólares. En el caso de que a alguno le guste mucho Necker Island, que sepa que se puede alquilar por el módico precio de 44.000 euros al día.